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Los emojis ¿el legado del siglo XXI?

Hace cuarenta años se miraba al 2000 y los visionarios aseguraban que los coches volarían y que nos iríamos de vacaciones a la Luna. En 2020 los coches aún van por el suelo y no hemos vuelto a pisar la Luna, aunque hay ganas. 

Y ya que estamos con los pies en la Tierra ¿qué crees que sería lo más llamativo para un extraterrestre que llega del espacio exterior? Sin duda, se divertiría viendo como estamos todo el día pegados a una pantalla de un aparato al que apellidamos ‘inteligente’, justo cuando deberíamos preocuparnos en ser más listos los que los portamos. En esas pantallas de móvil no dejan de aparecer cada día emojis, los verdaderos dueños del lenguaje actual. Puedes hacer una prueba: en una conversación de Whatsapp con alguien de confianza contesta exclusivamente con emojis; lo más probable es que te entienda perfectamente, además de que piense que le estás tomando el pelo. 

Lo importante es que los emojis, o emoticonos, nos han dado una nueva herramienta de comunicación universal con la que todos nos identificamos. Son simples pero con ellos se puede construir una o varias respuestas rápidamente, y esto es sencillez y economía, que es lo que todos vamos buscando. Actualmente, jóvenes y mayores de todo el mundo utilizan estos símbolos para expresar lo más variado que se te puede pasar por la cabeza. Desde el emoji que ríe, que llora, que está preocupado, que piensa, el que abraza, hasta el que dicen que es un helado de chocolate y a muchos nos suena a otra cosa…

Pero lo más llamativo es que los emojis no son nada nuevo. Los emoticonos son ideogramas, y estos han sido utilizados por el ser humano desde incluso antes del nacimiento de Jesucristo. Porque son símbolos que representan un ser o una idea, pero no palabras o frases fijas. Eso hace que haya pueblos como el chino que pueda leer textos de su lengua con una antigüedad de miles de años sin saber cómo se pronunciaban las palabras con las que se corresponden. Los kanji japoneses o la escritura jeroglífica también están relacionados con los ideogramas. 

Cada vez más utilizados 

Hace unos días conocíamos la estadística de los emoticonos más utilizados en el mundo y la cara con lágrimas por la risa gana por goleada. Le sigue la forma del corazón, la cara con dos corazones en los ojos, la cara de risa con lágrimas volcada porque se cae al suelo y la cara sonriente. De las cinco primeras, todas tienen que ver con risas y amor, por lo que si ese el legado que dejamos, al menos no parece tener un cariz muy negativo. Los emoticonos más positivos triunfan muy por encima de los negativos, señal también de que en Whatsapp y en redes sociales reímos y amamos más que lloramos y odiamos. Y cada día se utilizan más. 

Pero los emoticonos son cosa seria. Una organización internacional vela por ellos desde hace años, es la encargada de su regulación y saca a la luz nuevas imágenes de forma periódica. También desde 2004 son pueden ser admitidos como prueba en algunos casos judiciales en Estados Unidos. 

El sticker, la vuelta de tuerca 

Si a alguien los emojis se le quedan cortos están los stickers, que pueden ser vistos como una personalización de los emoticonos. Se pueden hacer recortando una imagen de cualquier persona o también se pueden crear desde cero inspirándonos en los rasgos de la persona que queramos. Otra forma de comunicación que está calando sobre todo en herramientas de mensajería instantánea como Whatsapp, pero que no es tan sencillo de utilizar para la mayoría. 

Mientras se asientan o no los stickers seguiremos disfrutando con los emoticonos. Riendo, queriendo, pensando, abrazando e incluso rezando. 

Nosotros en Equilátera los seguiremos utilizando día a día porque es la mejor forma de estar conectado contigo. Pero si quieres dar el salto de verdad y comunicarte de una forma profesional y efectiva puedes confiar en nosotros para llevar tu marca a una nueva realidad. 

 

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