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My way, my brand

Si eres de los que dices ‘Yo soy así’ o hago las cosas ‘A mi manera’, quédate. Pero si eres de los que cambias de opinión cada dos minutos, también.

Hace justo 50 años Frank Sinatra grabó la adaptación al inglés realizada por Paul Anka de Come d’habitude, una canción popular francesa de la que sólo quedó la melodía. Aunque al principio no tuvo apenas éxito, con el tiempo ‘My way’ acabó convirtiéndose en una especie de himno, de marca personal del artista y hasta de un país; en un manual de autoayuda de 3 minutos que habla de tomar decisiones, del valor de ser uno mismo aunque vengan mal dadas.

Un mensaje que, en realidad, puedes aplicar a cualquier faceta de la vida o del trabajo. ¿Por qué, entonces, nos hizo pensar en branding? ¿De qué podía servirnos esta canción más allá de justificar el chiste de incorporar la palabra ‘brand’ al nombre de personajes famosos para echar unas risas en la oficina?

Nos dimos cuenta de que nos encontramos con muchos clientes a los que les cuesta entender que las marcas no son monolitos de piedra y que una vez salvo, no siempre salvo. Que es necesario que una marca permanezca viva, en continua evolución, que se someta a cambios, y no sólo para gustar más a las personas con las que se relaciona o adaptarse a los nuevos hábitos de consumo, sino incluso como estrategia para reforzar todavía más los valores que la inspiraron y su posicionamiento.

Un restyling de marca no consiste en borrar tu imagen y pegar encima una nueva. Es un proceso de trabajo complejo que obedece más a una reflexión interna que a una moda pasajera; a una estrategia de negocio que a un tratamiento de ‘belleza’ para que se noten un poco menos los años. Y  justo en este punto es cuando observamos dos posiciones muy encontradas en la mayoría de empresas que llegan a Equilátera con una necesidad de diseño, comunicación o gestión de marca o aunque ellos, en realidad, empiecen llamándolo logo, flyer y lo de las redes.

/ Grupo A: ‘Yo soy así’

Es fácil escuchar en una reunión de briefing algunas de estas afirmaciones:

  • ‘Que sí, que sí, proponed lo que queráis pero el nombre ni tocarlo’
  • ‘Uy, ¿qué le pasa al logotipo? Pues yo lo veo bien bonito’
  • ‘El diseño a mí no me importa, lo que necesito es que me ayudéis a vender’
  • ‘Que todo eso de la estrategia de marca está muy bien, pero que yo sólo quiero unos folletos para repartir’
  • ‘Del blog ya nos encargamos nosotros… ¿o acaso ahora tú vas a saber más que yo de mi empresa’
  • ‘Es que aquí hacemos las cosas a mi manera’.

/ Grupo B: ‘Pues yo que sé’

En el otro extremo se sitúan los clientes:

  • Que tienen una idea en la cabeza pero en realidad no saben lo que quieren.
  • Los que continuamente cambian de opinión, actúan por impulso o se limitan a solucionar las cosas tal y como vayan viniendo porque no tienen una estrategia definida.
  • Los que piensan que eso del marketing es como una pastilla que alguien te da y que cuando te la tomas ya no tienes que hacer nada más.

Tanto si se trata de un cliente potencial tipo A o tipo B, ahí es donde llega la hora de remangarse, tirar de oficio, empatía y asertividad para hacerles ver que una marca no consiste en hacer las cosas ‘A mi manera’, sino en encontrar cuál es tu manera y adaptar todo cuanto hace la empresa a esa esencia, de modo que con independencia de las decisiones estratégicas que deban tomarse a lo largo del tiempo para ajustar el servicio o producto al mercado;  de cuáles sean las tendencias en usabilidad, diseño o publicidad; o de los nuevos canales y métodos de conversión que surjan debido a la transformación digital, al final (como en la canción), siempre se pueda decir que sigues siendo tu: tu marca.

¿Cómo encontrar el ‘my way’ de tu marca?

Auditoría de marca

Para conseguir diferenciar entre lo que queremos ser y lo que somos realmente proponemos como primer paso realizar una auditoría de marca.

¿Qué está pasando alrededor de tu marca? ¿Sigues pensando y sintiendo igual que cuando pusiste en marcha tu empresa? ¿Tu público es el mismo o también ha evolucionado? La vida se mueve e igual tu marca no lo ha hecho.

Y no hablamos de que el diseño se haya quedado desfasado (que también) sino de cuál es tu actual posicionamiento en el mercado respecto a la competencia, de si has dejado de diferenciarte por algún motivo que desconoces o de si tu negocio ha cambiado y la marca ya no transmite tus valores actuales.

Por eso auditamos tu marca: analizamos, recopilamos toda la información y sacamos conclusiones. Con todo eso decidiremos hasta qué punto necesita tu marca un buen ‘meneo’ y te propondremos las soluciones.

  • Competencia
  • Posicionamiento
  • Análisis de imagen
  • Contenidos

Esencia de marca

Con toda la información obtenida en la primera fase trabajaremos en identificar tu esencia de marca, ese ‘my way’ que marcará (nunca mejor dicho) la diferencia.

Porque da igual que tu marca esté consolidada o que quieras crear una nueva. Necesitas una esencia de marca, es decir, una ‘percha’ en la que colgar todo aquello que la viste. Porque puedes tener las mejores prendas y complementos pero no sirven para nada sin un cuerpo que lo luzcan.

La esencia es la base de tu marca, lo que determina su personalidad, cómo se va a comportar en cada momento para que resulte auténtica y creíble. En Equilátera te ayudamos a crear y/o definir tu esencia como punto de partida a todo lo bueno que esté por llegar.

  • Valores
  • Emociones
  • Usabilidad
  • Objetivos
  • Públicos objetivos
  • Tono y estilo de comunicación

¿Y ahora qué? Puedes directamente llamarnos para que tomemos un café y nos digas si eres más de grupo A o grupo B 🙂 o esperar a nuestro próximo personaje (Brand Pitt) para conocer todo lo que podemos hacer para que marca se vea igual de irresistible.